La artroscopia (arthron-articulación) (skopêin “inspección”, “observar””), es un procedimiento quirúrgico en el que se explora una articulación mediante la introducción de una cámara. La artroscopia da al cirujano una imagen clara y completa de la articulación a explorar, con lo que ayuda al diagnóstico de las enfermedades articulares. La artroscopia es además una herramienta muy importante y efectiva para el tratamiento de los problemas articulares. Se calcula que anualmente se realizan a nivel mundial más de 4 millones de artoscopias únicamente de rodilla.
Es una técnica quirúrgica, mini-invasiva que nos permite corregir algunas de las patologías del pie, a través de incisiones cutáneas mínimas (menores a 3 milímetros) lo que limita importantemente el dolor postquirúrgico del paciente y le permite una pronta reintegración a sus actividades diarias. Con la cirugía percutánea mini-invasiva se atacan y se resuelven tanto problemas estructurales como estéticos del pie.