Prótesis convencional de cadera
La prótesis total de cadera es uno de los mayores adelantos de la cirugía ortopédica de este siglo. El pionero en su diseño y su utilización fue Sir John Charnley, un cirujano ortopedista quien desarrolló la técnica y los materiales utilizados en la prótesis total de cadera.
La artroplastia de cadera es la sustitución de una artículación artrósica o desgastada por una articulación artificial conocida como prótesis.
¿Cuándo es necesaria una prótesis convencional de cadera?
La razón más frecuente para colocar una prótesis total de cadera es la de eliminar el dolor y la incapacidad funcional que causa una destrucción severa de la articulación.
Los pacientes que presentan una artrosis o desgaste articular, en general inician con un dolor leve que va aumentando con el transcurso del tiempo a la vez que se va perdiendo cada vez más del cartílago que recubre la articulación.
El dolor puede ir desde una molestia pasajera después de caminar largas distancias, hasta en los casos más severos limitar a quien lo presenta para caminar y sentarse.
Debido al dolor, el paciente evita la utilización de la articulación afectada. Los músculos que rodean la articulación se debilitan y esto contribuye a limitar aún más el movimiento de la articulación.
Cuando la destrucción articular es importante y el dolor limita al paciente en sus actividades diarias, una prótesis total de cadera puede permitir al paciente volver a desempeñar sus actividades diarias sin dolor.
El diagnóstico de la artrosis se basa en una exploración clínica completa, radiografías y en ocasiones tomografía axial computarizada o resonancia magnética nuclear, que muestran la extensión de la destrucción articular.
Una vez hecho el diagnóstico, puede considerarse la posibilidad de colocar una prótesis siempre después de que el tratamiento no quirúrgico u otras alternativas quirúrgicas hayan fallado en conseguir eliminar el dolor y la incapacidad funcional del paciente.
¿Cómo se coloca una prótesis convencional de cadera?
La cirugía se realiza bajo las más estrictas medidas de asepsia y antisepsia. Con el paciente bajo anestesia de la región a operar, el cirujano sustituye la articulación dañada por unos componentes realizados en materiales artificiales. El extremo superior del fémur, que es como una esfera, es sustituido por una esfera metálica o de cerámica unido a un vástago o tallo, habitualmente de titanio, que se inserta dentro del hueso. En la cavidad esférica de la pelvis, que está dañada, se inserta una cúpula de metal o de un material plástico (polietileno) llamada cotilo (Fig. 3).
Los materiales utilizados en las prótesis totales están diseñados para permitir una movilidad similar a la de la articulación natural.
Se utilizan diversos metales, acero inoxidable, aleaciones de cobalto y cromo, titanio, polietileno de alta densidad, cerámica y cemento, diseñados para limitar las reacciones de rechazo en el cuerpo, disminuir la fricción entre los componentes para que se incremente su vida útil.
El tipo de prótesis a utilizar va a depender de la edad y de las condiciones generales del paciente, así como de la articulación a reemplazar.